Nombre: Ariana Mujica
Edad: 11
Pais y Ciudad: Venezuela, Pto. Ordaz
Subcategorias: Drama y Realidad
Un jueves 04 de junio

Un jueves 04 de junio, estaba yo en mi habitación mirando hacia la ventana y pensando en esos hermosos años que ella pasó conmigo. Las risas y las lagrimas, los malos amores que ella me ayudo a superar, ella, mi mejor amiga, mi confidente, mi hermana…
-Victoria, vamos es hora de irnos – me avisó mi padre mientras se asomaba por la puerta de mi habitación.
-Claro, en un minuto estoy allá.
Me Limpie las ultimas lagrimas que me quedaban y baje las escaleras
-Aquí estoy – le avise a mis padres que me esperaban en la sala.
-Bueno, vamos – dijo mi madre, mientras se paraba del sofá.
En todo el camino lo único que hice fue pensar en los hermosos momentos que tuve con ella, Lucia, mi querida hermanita, aun recuerdo la mente tan sabia que tenía para ser una niña de 11 años, escuche a mi madre diciendo que habíamos llegado, me baje del auto y empecé a caminar hacia la tumba de mi hermanita, mi fuente de risas, hoy se cumple un año desde que se fue, me senté a su lado a llorar, mi padre que traía un ramo de rosas, me lo entrego para que yo pudiera ponerlas en la tumba y así lo hice, hay estuve media hora recordando bellos, dolorosos y cómicos momentos que tuve con Lucia, a mis padres no les dolía tanto como a mí, era algo que no entendía después de un rato de estar allí se fueron como si realmente no les importara, me di cuenta que no podía estar mas allí, mi corazón no lo soportaría, empecé a caminar sin rumbo hasta que llegue a un pequeño parque, me senté en una banqueta a seguir llorando aunque sabía que no debía…
-Disculpa, ¿te pasa algo? – Me pregunto alguien desconocido para mí.
-Eh, no, no me pasa nada – Le respondí con la voz entrecortada.
-¿Segura?, puedes confiar en mí – me dijo él.
-¿Como puedo confiar en ti si no tengo ni la menor idea de quién eres? – le pregunte desconcertada. ¿Quién era él?
-Mi nombre es Nicholas ¿y el tuyo? – pregunto él.
-Victoria – le respondí.
-Bueno, Victoria ahora si me vas a contar que te pasa – me dijo él con una sonrisa realmente amable.
Esa sonrisa me dio confianza y empecé a contarle como mi pequeña hermanita de 11 años había muerto en ese accidente automovilístico, mis ojos se llenaron de lagrimas como hacen cada vez que hablo o escucho hablar de Lucia, el me abrazo y me consoló como si me hubiera conocido de toda la vida. Estuvimos así un rato hasta que el recibió una llamada y se fue, yo hice lo mismo, me dirigí de nuevo al lugar donde están todas mis penas hay estaban mis padres, me acerque a ellos a esperar un regaño que no recibí, ellos solo me miraban con lastima, ¿lastima de que? ¿De que yo estoy sufriendo por la muerte de mi hermana y ellos no?, era lo mas seguro.
-Victoria, porque no subes a tu cuarto debes estar muy cansada – me dijo mi madre cuando entramos a la casa.
-Sí, justo a eso iba.
Subí a mi habitación, me acosté y caí en un profundo sueño.
-Vicky, no puedo dormir, ¿me puedo quedar aquí contigo? – me pregunto Lucia.
-Por supuesto Lu – le respondí para después sentarme en la cama - ¿Que quieres hacer?-
-No lose… ¿Tal vez esto? – Dicho eso me lanzo una almohada en la cara-
-Jajá con que esas traemos.
Así se desato una pelea de almohadas entre mi querida Lucia y yo.
…..
Me desperté llorando, definitivamente tenía que dejar de tener esos sueños, baje por un vaso de agua cuando vi la hora eran las 10 y media, ¿de verdad había dormido tanto?, cuando subí me quede viendo la puerta con partes de papel que habían sido mal despegados, los había puesto ella, muchos decían, No Entre, Privado, Cuarto de Lucia. Entré, había muchas cajas, todas llenas de cosas de ella, cuadernos, juguetes, Cds, como adoraba escuchar música, aun recuerdo su voz cantando, I'll be Right there For You 'til the end, the end of time, Please Be Mine…abrí una de las cajas había muchos cuadernos, empecé a leerlos,en muchos de ellos había letras de canciones que ella misma había escrito, muy lindas para ser escritas por una niña de 11 años, a pesar de los 4 años que le llevaba creo que ella era hasta mas inteligente que yo, agarré el cuaderno y lo lleve a mi habitación, agarré mi guitarra que no había tocado desde el 04 de junio del 2008, se sentía muy bien tocar de nuevo cuando salí de mis pensamientos empecé a crearle una melodía a la hermosa canción que había escrito mi hermanita, cuando lo hacía varias lagrimas caían de mi mejilla, con cada acorde la recordaba, sus mejillas coloradas, su risa musical, y esa preciosa sonrisa con la que siempre me convencía, en eso pase toda la noche eran las 3 y 20 cuando termine la canción, era hermosa, ahora era yo la que tarareaba y cantaba por toda la casa.
-Victoria, ¿estas cantando? – Me pregunto mi madre, comprendí que estuviera extrañada, desde que ella se fue no he querido saber nada de la música.
-Si mama, estoy cantando – le respondí mientras observaba su cara de felicidad.
-Victoria unas amigas vienen a la casa hoy, porque no sales en vez de quedarte aquí – me dijo ella sugiriéndome, aunque en realidad sonaba como una orden.
-Claro – dije justo antes de subir a mi habitación.
Entre a mi cuarto y como siempre me tire en la cama a pensar, yo no era de esas niñas de siempre estar viendo televisión, prefería acostarme a recordar, estuve así por un rato hasta que vi mi guitarra recostada a la pared y el cuaderno de Lu en la mesa, me paré y agarré las dos cosas, abrí el cuaderno para escoger otra canción cuando lo hice agarré mi guitarra y empecé a crear la melodía, solté algunas lagrimas, pero valieron la pena esta era otra hermosa canción escrita por mi hermanita, dejé la guitarra y el cuaderno en su lugar y salí de la casa, caminé hasta el mismo parque donde desahogué mis penas con ese chico, Nicholas.
-¿Victoria? – pregunto una voz masculina.
Instantáneamente subí la cabeza y lo vi a él…Nicholas.
-Si soy yo, ¿Nicholas? – pregunte.
-El mismo, que casualidad no encontrarnos dos veces en el mismo lugar – dijo él con una hermosa sonrisa que yo no podría darle jamás.
-Sí, mucha casualidad.
-Oye, ¿Quieres ir por un helado y así nos conocemos mejor? – me pregunto el.
Lo pensé por un momento
-Sí, me encantaría.
Fuimos a una heladería que estaba cerca del pequeño parque, pedimos los helados, los dos de pistacho y fuimos a sentarnos a una mesa cerca de la ventana, empezamos a hablar, teníamos muchas cosas en común, hablamos de nuestras familias, por suerte no tocamos el tema de Lucia, intercambiamos números, me contó que tenía tres hermanos, dos mayores de 19 y 21 y uno menor de 8.
-Nicholas, tienes mucha suerte de tener hermanos, no deberías quejarte tanto – le reclamé- ya que él lo único que hacía era quejarse de ellos.
-Llámame Nick, y si, supongo que tienes razón, tengo suerte – dijo él.
Al decir eso me dedico una de las mas bellas sonrisas que allá visto en mi vida, yo se la devolví, cosa que no podía creer, después de tanto tiempo estaba sonriendo, Victoria Kendrick había vuelto a sonreír.
-Bueno me debo ir – dije mientras me daba cuenta de la hora.
-Oh bueno si quieres te acompaño – me dijo él, otra vez con su hermosa sonrisa.
-Claro que quiero – le respondí con una sonrisa.
Caminamos hacia mi casa, nadie dijo ni una sola palabra, yo solo sonreía, sonreía
-Bueno, aquí es – dije cuando ya estábamos al frente de mi casa – muchas gracias por todo, Nick.
-No hay de que, a mi me encanto salir contigo, Bye Vicky.
-¿Vicky? – dije yo, solo una persona me ha dicho así.
-Si es un apodo, pero si te molesta yo…
Lo interrumpí
-No, no importa es que solo una persona me ha dicho así – dije con una mirada triste.
-Oh, Victoria, lo siento no fue mi intención
Lo interrumpí, de nuevo
-Como dije, no hay problema, tu no sabias – Dije cuando ya estaba entrando a mi casa.
Al entrar la sonrisa se había borrado, Lucia entro de nuevo en mi mente, y no era culpa de nick, era mi culpa, mi pequeña hermana se había ido, eso es duro lo se, pero sé que ella hubiese deseado que yo no arruinara mi vida, que no hubiera alejado a mis amigos, ni hubiera dejado de reír, ahora sé que mi querida Lucia hubiera deseado que siguiera con mi vida, que la tuviera en mi mente y en mi corazón pero que dejara de sufrir.
-Vamos, Vicky, no me digas que estas cansada – me decía Joe mientras jugábamos Basquetbol en el patio de su casa.
-No, no estoy cansada – le dije con la respiración entrecortada.
Así seguimos jugando un rato hasta que la señora Denisse, mama de los chicos, nos llamo diciendo que la comida estaba lista, cuando entramos, Nick, Kevin y Frankie peleaban por el control de televisión, me reí, la verdad era una escena muy graciosa, Nick paro cuando me vio, mientras Kev y Frank seguían peleando por el control.
-¡Chicos, a comer! – Dijo la señora Denisse que nos esperaba en la cocina.
Ella se había vuelto mi segunda madre, esa mi segunda casa, ahora tengo 4 nuevos amigos, 4 nuevos confidentes, no puedo decir que tengo 4 hermanos, porque no es así, esa familia me ha ayudado a superar los más tristes momentos de mi vida, y se los agradezco de todo corazón, yo siempre los acompañaba al estudio a grabar canciones, quien lo hubiera dicho eran unos artistas muy famosos y yo no estaba ni enterada. Ya mi vida no era soledad y lagrimas, era plena y hermosa, ese mes de Junio que pudo empezar con suma tristeza, terminó con alegría, gracias a Nick, a Joe, Kevin y Frankie, ese niño era adorable, también gracias a la hermosa sorpresa de mis padres.
-Hija, queremos decirte algo – me decía mi madre, después de que me habían citado en la sala.
-Esta noticia nos dio mucha alegría y espero que en ti cause el mismo efecto- me dijo mi padre.
-Solo díganlo de una vez por favor – dije yo.
-Victoria, estoy embarazada – me dijo mi madre.
Esa fue una de las mejores noticias de mi vida, me lancé encima de ellos a abrazarlos y a llorar, no de tristeza si no de felicidad, tendría un hermano, yo acompañaba a mi mama a el médico, el doctor decía que iba a ser un niño muy fuerte y sano, eso me ponía aun mas feliz, una tarde fui a la casa Jonas como lo hacia todos los domingos, Big Rob me abrió, el era un hombre muy amable, quien imaginaria que mis mejores amigos tuvieran un guardaespaldas, entre a la enorme casa pero no veía a ninguno de los Jonas, me dirigí al jardín, donde vi a los chicos cantando una hermosa canción que estoy segura haber escuchado en otro lado… I'll be Right there For You 'til the end, the end of time, Please Be Mine…Si, Lucia adoraba esa canción, cuando terminaron Nick se acercó a mí con un ramo de rosas.
-Unas rosas hermosas, para una chica hermosa – me dijo mientras me las entregaba.
-Nick, no sabes cuantas veces he escuchado eso en mi vida – le dije, el puso una cara de decepción – pero, viniendo de ti, es muy especial.
El Sonrió instantáneamente.
-¿Y se puede saber para que es todo esto? – Le pregunte mientras miraba a mi alrededor, todo estaba hermoso, hay note que Kevin y Joe se había ido.
Todo esto, es para confesarle mi amor a una chica maravillosa – me dijo agarrándome de las manos, yo me puse roja – esa chica eres tú, te amo Victoria Kendrick, y siento que te amaré por siempre.
-Nick, ¿me estás hablando enserio? – le pregunte emocionada, no podía creer lo que estaba pasando.
- Nunca hablé tan enserio.
Sentí como mis ojos se humedecían, era la primera vez en mi vida que lloraba por felicidad, no lo podía creer, jamás imaginé que él, el chico que me devolvió la vida, el que me devolvió la sonrisa, sintiera algo por mí, ese momento era perfecto, al menos para mí, yo lloraba de la enorme felicidad que contenía mi corazón mientras que el me miraba con esos hermosos ojos café, se acercó a mí, lo tenía tan cerca, podía sentir su respiración agitada, estaba nerviosa, el se acercó mas a mí y pude sentir sus labios sobre los míos, ese fue un momento que nunca olvidaré…
Con esta historia quiero demostrar que nada es imposible, Victoria pensaba que la tristeza y la pena que tenia por la muerte de su hermana, nunca se irían, pero lo conoció a él, a Nicholas, al chico que le devolvió la alegría y terminó siendo el chico que ella buscó tanto tiempo, terminó siendo el chico que le entrego amor, cariño, todo lo que ella siempre quiso…